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Foto del escritorDiario de un Cocinero

Aprende a elaborar tu propia pasta pura de frutos secos


La pasta pura de cualquier fruto seco es un ingrediente muy presente en muchas elaboraciones del día a día en una cocina profesional. Salsas dulces y saladas, bombones, giandujas, mousses, tartas y helados son algunas de las más conocidas.



Estas pastas, como su nombre nos da a entender, son íntegramente fruto seco pensado para potenciar al máximo el sabor y las propiedades de nuestra receta. En cuestión de variedades, como siempre digo, imaginación sin límites, tienes tantas pastas como frutos secos se te ocurran y la total libertad de combinarlas entre ellas. Almendra, pistacho, avellana o cacahuete son las más comunes y fáciles de encontrar en el mercado.


¿Cómo se consigue?


Lo habitual y cómodo es adquirir este producto de nuestro habitual proveedor, pero si queremos lanzarnos a la aventura de lo casero descubriremos que no es tan difícil como podemos pensar.



Basta con añadir a la lista de la compra:


200gr de tu fruto seco favorito

200gr de agua.






La técnica consiste en triturar el fruto seco, mejor con una termomix o un buen procesador de alimentos, hasta que la fricción del fruto seco con las cuchillas provoque mediante el calor la segregación de los aceites naturales, cuanto más rico en aceite sea el producto más sencilla será esta tarea.


Es un proceso que pasa por diversas etapas. En primer lugar la máquina trocea los frutos secos, luego sigue trabajando hasta convertirlos en polvo. Por el calor natural de la fricción ese polvo empieza a desprender aceite y se humedece haciendo una pasta densa y rugosa. Si seguimos trabajando sobre él llegará a un estado totalmente líquido y homogéneo, con un aspecto liso y brillante.


Este proceso puede tardar varios minutos, dependiendo de lo oleaginoso que sea la materia prima, de la cantidad y de la potencia de la máquina que estemos usando.


Recién hecha obtendremos una textura líquida que según se enfríe se convertirá en sólida, por eso la importancia de añadir el agua a nuestro proceso, podremos jugar con la cantidad de líquido para variar la fluidez de la pasta pura.


Podemos añadir matices de sabor a nuestra pasta jugando con el grado de tostado del fruto seco. Usando el producto en crudo obtendremos matices amargos, pero tostándolo previamente añadimos sabores torrefactos, en mi opinión, más agradables al paladar y por supuesto también variará el color y el aroma.


En cuestión de precio, si echamos una mirada al mercado habitual, vemos que tenemos latas de 1kg por valor aproximado de 25€ y que un 1kg de almendra cruda nos cuesta aproximadamente 14€. Aquí ya entra el valor que cada uno otorga a su tiempo y trabajo para comprobar si le sale a cuenta y por supuesto el orgullo de algo propio y casero, lo cual es impagable.


Pero insisto en que si queréis hacer uso de pastas ya elaboradas podemos encontrar marcas muy buenas hechas con género de primera calidad, yo las he usado durante años y dan muy buenos resultados. Aquí os dejo un link de Sosa que trabaja este y muchos otros productos que nos incitan a la creatividad.


¿Qué platos se te ocurren para usar la pasta pura?

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